Cada vez que hablamos corremos el riesgo de ser mal interpretadas e incomprendidas. La interpretación más común que hacen los hombres cada vez que las mujeres hablamos es que somos muy complicadas. Las mujeres no somos complicadas, somos sofisticadas, y quiero demostrártelo a través de un ejemplo sencillo.
Hay cremas que son de limpieza, otras desmaquillantes y otras tonificantes; pero a su vez existen cremas que reúnen a todas en una sola. Yo me pregunto; ¿es más complicado usar una sola o usar las tres por separado? Si tenés una crema para cada cosa, ¿no es más complicado pedir que una sola tenga todo? La persona complicada no es la que tiene muchas cremas, sino la que cree que con una va a lograr el milagro. La que usa muchas, es una mujer sofisticada.
Las mujeres tendemos a usar técnicas de comunicación que aparentemente complican la vida de los demás y la nuestra. Técnicas que usamos las mujeres:
Súbete, siéntate y agárrate
Las mujeres siempre necesitamos expresarnos. Cuando las mujeres empezamos a hablar no tenemos marcha atrás, en cambio, los hombres se asfixian con sus propias palabras. Hay mujeres a las que le dan pie para hablar y expresan todo. Si las mujeres no hablamos, explotamos.
Las mujeres siempre necesitamos expresarnos. Cuando las mujeres empezamos a hablar no tenemos marcha atrás, en cambio, los hombres se asfixian con sus propias palabras. Hay mujeres a las que le dan pie para hablar y expresan todo. Si las mujeres no hablamos, explotamos.
Técnica del taladro
Hay mujeres que repiten las mismas cosas muchísimas veces a los hijos, al marido. Son esas mujeres que están todo el día preguntándoles a sus hijos si hicieron la tarea y al marido si pagó los impuestos.
Hay mujeres que repiten las mismas cosas muchísimas veces a los hijos, al marido. Son esas mujeres que están todo el día preguntándoles a sus hijos si hicieron la tarea y al marido si pagó los impuestos.
Técnica de la ambigüedad
Las mujeres somos narrativas; nos gusta practicar lo que vamos a decir para encontrar las palabras correctas, para no equivocarnos. Ensayamos en qué parte sonreír, en qué partes hablar más suave, etc. Vivimos editando y nunca vamos al grano. A las mujeres nos gusta narrar, no podemos contar la situación concreta. Para los hombres no hay nada peor que la ambigüedad. Si tu marido te está preguntando qué hay para comer, respóndele eso; no le digas qué es lo que no hay, porque no le interesa. Y no es que no le interesa porque no te quiere; sino porque quiere ir al grano.
Las mujeres somos narrativas; nos gusta practicar lo que vamos a decir para encontrar las palabras correctas, para no equivocarnos. Ensayamos en qué parte sonreír, en qué partes hablar más suave, etc. Vivimos editando y nunca vamos al grano. A las mujeres nos gusta narrar, no podemos contar la situación concreta. Para los hombres no hay nada peor que la ambigüedad. Si tu marido te está preguntando qué hay para comer, respóndele eso; no le digas qué es lo que no hay, porque no le interesa. Y no es que no le interesa porque no te quiere; sino porque quiere ir al grano.
Técnica de la verdad manipulada
Cuando tienes la razón de algo, tienes una verdad; y a esa verdad le agregas emociones. Entonces esa verdad deja de ser neutral. Si no aprendes a manejar la verdad que tienes, esa verdad pierde autoridad. Si sabes que tu marido llegó tarde; y le dices ‘llegaste tarde’, eso es una verdad. Pero si le dices: ‘los chicos te estuvieron esperando, los tendrías que ver, pobrecitos, los tres sentados alrededor de la mesa.’ Ahí hay una verdad que perdió autoridad porque le agregaste una carga emocional. Tendrías que haber ido al grano.
Cuando tienes la razón de algo, tienes una verdad; y a esa verdad le agregas emociones. Entonces esa verdad deja de ser neutral. Si no aprendes a manejar la verdad que tienes, esa verdad pierde autoridad. Si sabes que tu marido llegó tarde; y le dices ‘llegaste tarde’, eso es una verdad. Pero si le dices: ‘los chicos te estuvieron esperando, los tendrías que ver, pobrecitos, los tres sentados alrededor de la mesa.’ Ahí hay una verdad que perdió autoridad porque le agregaste una carga emocional. Tendrías que haber ido al grano.
La vida de pareja no es de esclavitud, es de libertad. Si estás viviendo en esclavitud es porque todavía no abriste los ojos para ver la realidad. Nos han enseñado que la vida matrimonial es un equipo. La pareja es una unidad. La diferencia entre el café solo, la leche sola y el café con leche está en el sabor. Así es una pareja.
Una pareja no es un equipo, porque en un equipo cada persona tiene una función diferente y no se pueden salir de ella. La iglesia y la sociedad se encargaron de decir que hay roles rígidos en la pareja; como que la mujer tiene que estar dentro de la barca y el hombre trabaja fuera de ella; la mujer tiene que cuidar y el hombre proveer. La pareja es una unidad donde si tu creces, tu pareja crece, porque tu has crecido. Unidad es que si yo pienso cómo crecer, mi pareja también eleva su nivel. Si tu dices: ‘mi pareja no me tiene en cuenta’, es que todavía están funcionando como equipo, donde cada uno tiene roles estereotipados y mundos separados.
Si con tu pareja funcionan como equipo, van a funcionar más o menos bien, pero si se atreven a subir a un nivel mayor de unidad, van a crecer para lograr poner lo mejor de cada uno, y funcionar de la mejor manera. En la unidad no hay roles rígidos.
Para llegar a la unidad y dejar de ser equipo hay que aplicar ciertos principios:
Debo poner fecha a las conversaciones difíciles: Esto sirve para hablar con tu ex pareja, con tu mamá, con tus hijos, etc. Cada vez que tengas que tratar con alguien un tema difícil poné fecha.
Debo preguntarme internamente por qué estoy enojada realmente: A veces discutimos por dinero; pero en realidad nuestro enojo pasa por otro lado. Discutimos por nuestros hijos, aunque en realidad la discusión no tiene nada que ver con ellos. Si estoy discutiendo con mis hijos, tengo que saber si estoy enojada por lo que estoy discutiendo, o en realidad estoy enojada por algo a lo que no me atrevo a ponerle nombre. Tengo que ponerle nombre al enojo que tengo.
Debo preguntarme, "¿Vale la pena pelear por esto?": Peleamos por cosas que no vale la pena discutir, pero lo hacemos porque tenemos el hábito de la discusión, de la pelea. Pregúntate si vale la pena pelear con esa persona que en algún momento elegiste en tu vida para hacer un proyecto maravilloso.
Debo preguntarme, ‘¿Cómo podemos beneficiarnos los dos? : En una unidad ambos se benefician. Cuando estamos en una situación difícil pensamos en ganadores y en perdedores. En una pareja no es cuestión que uno gane o pierda el otro, sino que se trata de deseos y necesidades satisfechas.
En una pareja unida se presenta un solo frente: Cuando estás en desacuerdo con tu pareja tienen que lograr pararse en un punto común. Si te parás en un punto, de ahí pueden salir muchos más.
Atrévete a subir al nivel de la unidad en tu familia. El nivel en el que no hay hombre y mujer, no hay tareas específicas, no somos un equipo, sino que todos hacemos de todo. En tu casa no tiene que haber perdedores, todos ganan. Si hay unidad, y uno suelta su potencial, ese potencial se suelta en todos.
Lo que has hecho con tu pareja no es tiempo perdido, ni desperdiciado, porque si le diste algo a él, también te lo estabas dando a tí. No te reproches lo bueno que hiciste, porque también lo hiciste por tí. Si perdonaste a tu pareja, fue bueno para los dos, porque optaste por no acumular odio. No tengas pena por los años que entregaste, porque los entregaste para ti, en tu tiempo de crecimiento. Todo lo que hiciste por el otro, también lo hiciste por ti, y eso es parte de la unidad. Dios creó a la pareja para la unidad, nadie pierde, todos ganan.
ESPERO QUE LES GUSTE Y AYUDE DE ALLGUN MODO.
GRACIAS KARY POR TU GENEROSIDAD EN PRESTARME TU ESPACIO
CON CARIÑO, ANALIA ( ARGENTINA)
Querida amiga ... nada que agradecer es un gusto tener y que compartas tus escritos en mi espacio... escribes muy lindo y sigues la idea de mi blog por lo cual me siento super tranquila de cederte un espacio en él.
ResponderEliminarCon respecto al texto uy no sabes cuantas cosas de ahi me llegaron, por cuantas cosas de esas pasé a pesar de mi edad y de no estar casada ... pero si en mi ultima relacion que fue muy larga ... no sabes cuanto me ayudan todas tus letras y claramente me quedo con esta enseñanza :". No tengas pena por los años que entregaste, porque los entregaste para ti, en tu tiempo de crecimiento. Todo lo que hiciste por el otro, también lo hiciste por ti, y eso es parte de la unidad" ....
no me castigaré por lo que entregúe y no fue valorado me quedaré tranquila porque en ese momento tambien lo hice por mi y gracias a eso pude a la vez aprender...
te quiero mucho mami y amiga y ya sabes eres la unica afortunada en poder publicar cuando quieras acá ... mi espacio de reflexion tambien es tuyo :) besos
me alegra sobre manera que te haya gustado, es la idea compartir las vivencias con otros, para poder a lo mejor facilitar algunas cositas que nos quitan el sueño. la agradecida soy yo por este espacio.
ResponderEliminarte quiero muchisimo!
ana